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Arquitectos: Slow Studio
- Área: 230 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Salva López
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Proveedores: Astigarraga Kit Line, Carreté Finestres, Ecoclay, Fermacell, Roth, Sancal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La ubicación elegida es Monte el Pardo, a 30 kilómetros de Madrid en una parcela con fantásticas vistas y orientación. Nuestros clientes prevén que su casa estará vacía durante parte del año por lo que quieren encontrar una forma de rentabilizarla alquilándola cuando no estén pero manteniendo un espacio privado. Así, el encargo parte de una casa con dos zonas independientes que en el futuro se pueden convertir en una sola. La disposición inclinada de la parcela permite resolver ambas necesidades generando de dos plantas con acceso independiente a cada nivel.
En la primera planta, un acceso en pasarela resuelve la fuerte pendiente de los primeros metros de parcela. Esta planta se puede independizar completamente de la planta baja, donde se encuentran el salón-comedor, la cocina y un pequeño estudio que se puede convertir en dormitorio, en total conexión con el exterior.
Al tratarse de una casa compacta, la estrategia bioclimática busca la forma de garantizar un buen soleamiento y ventilación en todas las estancias a través de dos patios. El patio sur de la casa es clave para garantizar una buena ventilación natural sin incurrir en pérdidas energéticas. Se trata de un patio de doble altura con fachada sur y cubierta acristalada que puede abrirse o cerrarse según la estación del año.
En invierno, el acristalamiento se cierra, creando un efecto invernadero que precalienta el aire natural del exterior. En verano, el acristalamiento se abre y la ventilación se realiza a través de un pozo canadiense, un tubo de 30 metros de largo que pasa por debajo de la casa e introduce aire a unos 20 ºC durante los meses más calurosos del año.
La forma longitudinal de la casa permite aprovechar la fachada norte para generar ventilación cruzada en toda la planta superior. En la planta inferior semienterrada, la ventilación está garantizada gracias al patio norte. El proyecto no sólo tiene en cuenta la renovación del aire sino también la calidad del aire interior, evitando los productos de acabado (barnices, colas y pinturas) que contienen sustancias tóxicas que se emiten al ambiente en forma de compuestos orgánicos volátiles.
Se combinan dos sistemas constructivos para ahorrar costes y garantizar el confort según el uso de cada zona. La planta baja semienterrada se construye con un sistema de muros de inercia de bloques de hormigón que funcionan como cimentación y muro. La primera planta es una estructura semiprefabricada de entramado de madera ligera a base de pino con certificado PEFC.
La estructura de la fachada se compone de un entramado de listones de pino laminado, protegido en el exterior por paneles OSB y en el interior por paneles de fibra de yeso sin cola. Los tabiques interiores están hechos con paneles de celulosa recubiertos de arcilla, los suelos con piezas de terracota manual y todos los cerramientos son de madera. Para aprovechar al máximo los recursos hídricos, se ha instalado un depósito de recuperación de aguas pluviales de 8.000 litros para almacenarlas y utilizarlas en la limpieza y los aseos.